El Secreto de la Oración
¿Qué es una oración?
La palabra oración proviene del latín oratio o orationis que significa “discurso”. Discurso proviene de la palabra latina discursus que significa ‘carrera de un lugar a otro’ que a su vez deriva de 'conversación' en el sentido de ‘expresión oral de un razonamiento’. Para todo creyente la oración es reconocida como un instrumento que facilita la comunicación con lo Superior. Encontramos en la palabra mental, vocal o escrita una forma especial de establecer la conexión con lo divino. La oración es un vehículo para alienarnos con la presencia divina y hacerle llegar un mensaje de manera directa, para dar gracias o pedir algún favor, o simplemente en actitud contemplativa. La misión de la oración es ofrecernos una manera eficaz, fácil y completa de comunicar con lo supremo y expresar lo que queremos.
Las plegarias han sido reconocidas como el mensaje del Servidor al Ser Supremo.
Cuando sientes que en ti no hay poder suficiente o real que te permita materializar tus necesidades o tus sueños, se hace necesario recurrir a quien si tiene la capacidad de hacerlo. La oración te permite obtener lo que quieres desde la perspectiva del Servidor y el intermediario. A través de la oración imploramos la ayuda necesaria para cubrir nuestras necesidades o encauzarnos hacia nuestras metas, así como recibir todo lo necesario (habilidades, relaciones, ayudas, etc.) para alcanzar el objetivo.
Sentirse agradecido en cada conexión y mostrar agradecimiento por gozar de medios que te permitan esa comunicación con lo superior o la divinidad, así como agradecer lo obtenido, nuestro sueño manifiesto, es también un motivo para orar, porque me permite agradecer.
¿Para qué orar?
La oración te permite conectar con tu anhelo, con aquello que deseas obtener, cambiar o mejorar, al tiempo que te conecta con esa parte que te permitirá obtener lo que pides. La oración junto a la fe que confiere la seguridad de que cuanto pides te es dado, la convierte en un medio perfecto para alcanzar tu objetivo con éxito.
Para pedir, para agradecer, para manifestar.
¿Cómo orar?
Para que una oración sea útil, como cualquier otra cosa que hagamos, debemos centrar nuestra atención en el acto de orar. Debemos ser conscientes del momento presente, de lo que estamos diciendo, de lo que queremos decir con ello, de lo que sentimos cuando lo decimos. Es decir, debemos ser conscientes de que no sólo estamos leyendo un texto, sino que vamos a hacer esas palabras de la oración nuestras y a través de ellas vamos a pedir, con todo nuestro anhelo en ser escuchados, con la ilusión de que por fin somos escuchados y sabiendo que cuanto pedimos nos es dado.
Lo he hecho, he pedido, he sido escuchado y estoy agradecido porque cuanto he pedido me está siendo dado.
¿Cómo reforzar la Oración?
De manera natural cuando nos disponemos a rezar acompañamos con ciertas posiciones de nuestro cuerpo y gestos, con ellos transmitimos del mismo modo que lo hacemos con la palabra. Muchos de los mudras nacieron de la observación de estos gestos.
Posturas del cuerpo:- De pie
- Sentado incorporado con espalda recta.
- Posición de loto
- De rodillas
Gestos con las manos:
- Las dos palmas de las manos juntas encaradas.
- Manos unidas con dedos entrelazados
- Palmas abiertas hacia arriba
- Palma derecha en el corazón y mano izquierda abierta palma hacia arriba.
Antes de iniciar tu ejercicio de oración prepárate, procura hacerlo en un lugar tranquilo, en el que puedas sentirte seguro y relajado. Esto no es que sea imprescindible, cuando es necesario o necesitamos auxilio urgente se reza en cualquier situación, esto está claro. Pero es importante darle a la oración el cariz de un acto sagrado por el que honramos desde el servidor a Dios, así que realizar el acto en un lugar limpio, acogedor e incluso dedicado o decorado para la ocasión (improvisar un pequeño altar) hace que se intensifique la intención y se refuerce el poder de la misma.
Un lugar tranquilo, donde sentarse cómodamente, una vela encendida, un incienso. Respirar profundamente, relajarse y disponerse a hacer otra cosa más que orar. Cuando lo hacemos de manera premeditada, con calma y entrega cualquier acto se vuelve sagrado.
Adalis©



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